Estamos ante la especie más
representativa del bosque asturiano. Es un árbol caducifolio que puede alcanzar
los 30 metros de altura, con fuerte y profunda raíz que se hunde en el terreno
hasta metro y medio. El tronco es liso mientras el árbol es joven con
una corteza en tonos grises, cuando el árbol pasa de la veintena, esta corteza
exterior se agrieta y adquiere unas tonalidades pardas. Sus hojas tienen unas
formas oblongas, más verdes en el haz que en el envés. Vive entre el nivel del
mar y los 1.000 metros de altitud en suelos relativamente húmedos.
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